5.09.2024
En cuanto a la cronología de la placa aquí descrita, nos hemos encontrado con el problema de la ausencia de datos con los que poder establecer sus limites cronológicos, ya que este ejemplar no ha sido encontrado dentro de su contexto original, desconociendo además su procedencia, por lo que los criterios utilizados para su interpretación han sido el repertorio icnográfico, su técnica, paralelos conocidos, etc.
Entre los elementos ornamentales labrados que se encuentran en la placa, apreciamos elementos característicos icnográficos que se remontan a la tradición visigótica. Lo que nos indica su epigrafía, su representación escultórica e incluso elementos arquitectónicos son testimonios de un mismo lenguaje de carácter simbólico.
El programa decorativo constituye un mensaje icnográfico asociado al texto que se refleja, no supone una periodizacion cronológica clara.
Lo que parece ser indicativo de diversos gustos o estilos. Su decoración gira en torno a las representaciones principales: cruz, león y una columna, elementos altamente simbólicos de la fe cristiana. En primer lugar el elemento fundamental por su significado simbólico es la invocación de Cristo a través de la cruz.
La relación entre las representaciones serpentiformes y el león, puede adquirir un sentido apocalíptico, evocando al final de los tiempos. Cuando la gran serpiente, la muerte, termine por ser vencida, será el león, símbolo de la resurrección, el que tendrá la ultima palabra y reducirá todo a la unidad (Beigbeder, 1989: 301-302).
El león afrontado a la columna, esta ultima entendida como una representación del árbol de la vida, puede hacer alusión al sacramento bautismal, tal y como sucede en la representación icnográfica del broche de los Estables (Guadalajara) (Ripio López, 1986: 659). No debemos de olvidar mencionar que la placa de Calera guarda ciertas vinculaciones con la toréutica, una serie de broches de placa rígida en forma de lengüeta, denominadas de tipo burgundio. Caracterizadas por la presencia de representaciones de temática anomalística, bien de tipo mitológico, o bien de temas alegóricos de raíz Cristiana, en ocasiones inspiradas en la fabula del Fisiólogo (Barroso y Morín, 2007: 47-48). En este mismo sentido y como un paralelo mas próximo a nuestra placa, cabe destacar la existencia de una placa en la Iglesia de San Saturnino en La Orden (Burgos), en la que se representa de igual modo la asociación columna-león rampante (Fig.19).
Otra hipótesis interpretativa que no descartamos es la que le otorga un valor funerario/eucarístico. Podría indicar que el difunto, protegido por Cristo, representado por la cruz o por el propio león, ha alcanzado la parte mas importante de su existencia, la vida eterna junto a Dios, y comparte el sacrificio de Cristo, cuyo camino sigue al pasar de la vida terrenal a la eterna. Seria, por tanto, una alusión a la resurrección que convierte al difunto en digno de veneración. Cabe mencionar que la presencia de la palma puede hacer referencia a un mártir por la fe que se anima a seguir el camino de la vida eterna.
Más compleja resulta la interpretación y el análisis de la inscripción JITDAYIA puesto que no hemos encontrado paralelos directos en los cuales sentarse letras en mayúscula (I-A) y otras en minúscula (v-r-m?), que pueden incluir abreviaciones. En cuanto a los signos representados, sitos a la derecha de la cruz , podrían tratarse de una abreviatura asociada a la inscripción, cuyo significado desconocemos. Ambos testimonios epigrafitos pueden tener una finalidad consecratoria o advocatoria.
Las composiciones figurativas no eran desconocidas en la península, es el caso de San Pedro de la Nave y Quintanilla de las Viñas, aunque pueden localizarse ejemplares aislados en otros puntos peninsulares como la placa de Asmazas (Lugo) (Núñez, 1976: 182-184; Fernández López, 2008: 93-98), y especialmente en torno a urbes como Toletum o Emerita. A comienzos de la Edad Media se produce un cambio en la iconografía, la temática apocalíptica va tomando paulatinamente un mayor protagonismo en el campo de las artes decorativas (Barroso y Morín: 2000: 289). Este es un aspecto íntimamente relacionado con la importancia que adquirió la lectura del Apocalipsis en la iglesia hispana, y que se refleja con mayor desarrollo durante la Alta y Plena Edad Media.
Valoremos esta placa al ser un ejemplo mas de la tendencia figurativa que se desarrolla desde el arte visigodo hasta el mundo medieval. La placa de Calera corrobora la importancia del medio articulado en torno a Talabira-Talavera durante este periodo, a la vez que se plantea las relaciones con otros focos artísticos cristianos del norte peninsular, que podrían enmarcarse entre la IX y XII centurias dentro del fenómeno repoblador. En este contexto se puede incluir la pintura al fresco que representa al Pantocrator en el ábside de la Iglesia de Piedraescrita en Robledo del Mazo (Toledo), siendo considerado ésta como la manifestación artística más meridional del románico en el territorio nacional.
CONCLUSIONES (Extraido del libro “La placa de Calera y Chozas, un relieve figurado del medievo en tierras de Talavera, escrito por Alberto Moraleda Olivares y Sergio de la Llave Muñoz”).